28/7/16

Descubren comunidades de bacterias en las placas solares con un alto interés biotecnológico en cosmética y medicina



Descubren comunidades de bacterias en las placas solares con un alto interés biotecnológico en cosmética y medicina

interempresas.net

Biópolis, compañía biotecnológica, Lifesequencing, especializada en secuenciación genómica, y científicos de la Universitat de Valencia han presentado los resultados de la primera investigación llevada a cabo sobre los microorganismos que habitan en las placas solares fotovoltaicas, un entorno de gran interés científico por las condiciones extremas, especialmente de temperatura y radiación solar. La investigación, que ha contado con un equipo de ocho científicos de las tres entidades, ha permitido descubrir un sorprendente ecosistema caracterizado por albergar una gran diversidad de especies de bacterias que pueden tener importantes aplicaciones biotecnológicas en cosmética y dermatología (como cremas solares) o en el desarrollo de soluciones para enfermedades relacionadas con el estrés celular, como la obesidad o la diabetes.

La investigación ha permitido identificar más de 500 especies de bacterias diferentes de gran interés biotecnológico, dado que para resistir a las duras condiciones ambientales, especialmente la radiación solar, han desarrollado mecanismos de defensa que pueden ser de gran interés para aplicaciones industriales. Según Daniel Ramón, director científico y consejero delegado de Biopolis, “las posibles aplicaciones en el sector cosmético, por ejemplo, en el desarrollo de cremas solares, es el ejemplo más visible del potencial biotecnológico de este extraordinario ecosistema. Ahora, el siguiente paso es estudiar las funcionalidades de las moléculas de estos microorganismos para que los mecanismos de defensa que les permiten vivir en condiciones tan extremas puedan ser utilizados en el desarrollo de productos de cosmética y medicina”.

El estudio se ha llevado a cabo sobre nueve paneles solares situados en el campus de la Universitat de Valencia, que cuenta con el parque fotovoltaico urbano más extenso de Europa. Los muestreos realizados durante los tres años que ha durado el estudio se han realizado, mayoritariamente, durante los solsticios de verano, en las horas del mediodía, momento en el que se dan las condiciones más duras en términos de radiación solar. En esas condiciones, la temperatura de los paneles fotovoltaicos alcanza los 51 grados centígrados y registran una diferencia de 30 grados entre el día y la noche. Asimismo, se ha procedido a comparar las muestras obtenidas de día con las obtenidas por la noche _a través de muestreos a las cuatro de la mañana_ para verificar que las comunidades microbianas identificadas estuvieran 'vivas'. Los investigadores han comprobado que los microorganismos que habitan en los paneles solares tienen diferentes perfiles de proteínas de día y de noche, están dominados por los pigmentos rojizos y se adaptan a resistir ciclos de altas temperaturas, desecación y radiación solar, gracias a sus mecanismos de defensa.

Según los responsables del estudio, el ecosistema encontrado es más similar a los desiertos que a ningún ecosistema microbiano urbano. Manuel Porcar, investigador de la Universitat de Valencia, ha afirmado que “el ecosistema de los paneles solares es un auténtico desierto urbano, con oscilaciones tremendas de temperatura, alta irradiación y desecación continua, pero es un desierto muy rico en vida bacteriana". Asimismo, el investigador ha incidido en que “el interés de este descubrimiento, más allá de la novedad de descubrir un ecosistema insospechado a pocos metros de nuestras cabezas, es la enorme diversidad que hemos encontrado. Y es que cuanto mayor es la biodiversidad, mayores son las probabilidades de encontrar microorganismos de interés biotecnológico”. Los resultados de la investigación se han publicado en la revista científica Nature.

Las siguientes fases constarán, por un lado, del estudio de las funcionalidades de las moléculas de estos microorganismos para que los mecanismos de defensa que les permiten vivir en condiciones tan extremas puedan ser utilizados en aplicaciones para el sector de la cosmética o la medicina. Y por otro lado, finalmente, se estudiaría su producción industrial.

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